Tres grandes ejes de inversión público-privada integran el Plan de Concesiones 2022-2026 definido por el Ministerio de Obras Públicas para su gestión: servicios aeroportuarios, equipamiento urbano y carreteras.
El “Pilar Ruta Panamericana y sus accesos” tiene su foco puesto en el Norte Grande, zona donde el estándar de la carretera longitudinal es bastante más bajo que en la zona centro-sur del país. El plan a 2026 contempla dos largos tramos que nunca en la historia del sistema habían sido concesionados: Caldera-Antofagasta (470 kilómetros, 490 millones de dólares de presupuesto) y Antofagasta-Iquique (355 km, US$ 376 millones).
En ambos casos, los proyectos incluyen la ampliación de la carretera a dos pistas por sentido del tránsito. Atravesando el desierto más árido del mundo, la Ruta 5 sumará así casi 800 km de ruta con estándar de autopista, con mejores cruces y enlaces en desnivel, zonas de descanso, sistemas de prevención de somnolencia y otras comodidades para el conductor.
Unido al proyecto, se suma la actual ejecución de las mejoras en la ruta Antofagasta-Calama: así las cosas, de acá a 5 años la capital regional debería contar con un sistema de conexión vial acorde a las necesidades de sus habitantes y al alto desarrollo de la minería y sus servicios asociados.