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2020 fue un año intenso, duro y distinto, que obligó a cambiar rutinas a nivel global. Uno de sus múltiples efectos ha sido el boom del teletrabajo, que ha alterado muchas lógicas sobre la relación con nuestras viviendas, oficinas y medios de transporte.
En tiempos de pandemia, miles de santiaguinos, por ejemplo, han descubierto que la posibilidad de trabajar a distancia abre horizontes inesperados y muy a la mano.
Por ejemplo, invertir en un departamento en ciudades costeras adquiere matices distintos: más que una “casa en la playa” para ir algunos fines de semana, hoy esa segunda vivienda podría convertirse incluso en la vivienda principal. Y cuando no se ocupe, bien se puede arrendar a través de plataformas consolidadas, las que anticipan un interés masivo de turistas por viajar una vez que las vacunas permitan los desplazamientos seguros.
Bajo esa premisa, no hay ciudades en la Costa Central mejor conectadas con Santiago que Viña del Mar y Valparaíso. Las inéditas circunstancias del 2020 lograron incluso que la clásica congestión del viernes en la Ruta 68 se vaya diluyendo: con la posibilidad que da el teletrabajo de trasladarse en otros días y horarios, quienes pueden viajar hoy han comenzado a programar sus viajes rehuyendo los atochamientos.
En condiciones normales de tránsito, la distancia en auto entre el centro de la capital y estas ciudades costeras no pasa de 1 hora y 20 minutos. Ello permite, eventualmente, programar incluso reuniones de trabajo presenciales que no difieren mucho en cuanto a tiempos de traslado con los que se registran entre distintos puntos de Santiago.
Los servicios consolidados de la Región de Valparaíso se suman a una variada oferta turística, gastronómica, educativa y cultural. ¿Busca un lugar donde invertir? El mar y la playa están mucho más cerca de lo que usted cree
Santiaguinos comienzan a mirar con otros ojos la inversión inmobiliaria en la Costa Central.