Un alza histórica de 31% anual en la comercialización de viviendas proyecta para 2021 la Cámara Chilena de la Construcción (CChC). En números, eso se traduciría en cerca de 30.000 ventas de propiedades en el Gran Santiago (y de 62.000 a nivel nacional). Esta alza está matizada por las malas cifras de 2020, año marcado por las secuelas del estallido social y la pandemia. Este año, en cambio, el mercado ha recibido el impulso sucesivo del auge del teletrabajo, el progresivo desconfinamiento y los retiros de los fondos de pensiones.
Si bien las cifras de 2021 son alentadoras, de todos modos hoy están condicionadas por la sostenida alza en las tasas de interés y la baja en la oferta de los populares créditos hipotecarios a 25 y 30 años plazo. “El escenario para 2022 se torna más incierto debido a la dificultad de anticipar el desarrollo de la pandemia en los próximos meses, a lo que se añade la incertidumbre acerca de los conflictos sociales y políticos”, dice la CChC en su Informe de Macroeconomía y Construcción (Mach) de octubre.
A juicio del gremio, en el mercado inmobiliario las perspectivas positivas podrían ser impulsadas por inversionistas residenciales que habían postergado sus decisiones a la espera de descuentos en los precios; “además de un nuevo perfil de inversionista asociado a los retiros de los fondos de pensiones, liquidez que podría ser orientada hacia una inversión de largo plazo como la compra para arriendo”.
Otro factor de esperanza es la reactivación de las políticas de subsidios a la clase media, frenada por la crisis sanitaria. “Esto podría impulsar la demanda por inmuebles de menor valor y tamaño”, cierra el informe.