La contingencia sanitaria ha impactado con fuerza a todos los aspectos de la vida, incluyendo al negocio inmobiliario. Ante un escenario de incertidumbre, es importante adaptarse y saber reconocer los signos y posibilidades que otorga el mercado.
Al momento de invertir en un bien raíz, un factor clave es el precio. Y en ese contexto, al contraerse la demanda se presentan buenas oportunidades para la compra de viviendas. Con respecto a las tasas de interés hipotecarias que ofrece el sistema financiero -que actualmente en promedio se ubican en torno al 4%- al optar por la modalidad “en verde” se pueden conseguir mejores condiciones al momento de celebrar la compraventa.
“Si somos inversionistas que disponemos de liquidez, aún es buen momento para comprar. Si bien las tasas han ido en aumento desde octubre pasado a la fecha, siguen siendo más bajas que hace uno o dos años atrás”, destacó en El Diario Financiero el director de la Escuela de Administración Pública de la Universidad de Valparaíso, Diego del Barrio.
En cuanto a la plusvalía, la compra de un inmueble siempre es una de las inversiones más estables y a largo plazo: si ha elegido con cuidado, enfocándose en una construcción de buena calidad y bien conectada, incrementará su valor con el paso del tiempo.
En tiempos de inestabilidad económica, al invertir “en verde” la ley exige que el pago del pie quede asegurado ante una eventual insolvencia económica de la inmobiliaria. Esta es la razón de que los contratos de promesa celebrados deben ir asociados a un seguro: así el comprador tiene la garantía de que, ante cualquier inconveniente del vendedor, recibirá su dinero de vuelta.