La sostenida alza en las tasas de interés ha restringido el acceso a los créditos hipotecarios. Muchos bancos, a la vez, han reducido los plazos que ofrecen a sus clientes para pagar estos préstamos, lo que para miles de chilenos vuelve más compleja la compra de la casa propia.
Dado el panorama actual, una atractiva alternativa para invertir en vivienda la ofrecen entidades distintas a los bancos que también ofrecen créditos hipotecarios: los Agentes Administradores de Mutuos Hipotecarios Endosables, más conocidos como mutuarias. Sus productos -que se transan de manera distinta en los mercados- no son fiscalizados por la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras (SBIF), sino por la Superintendencia de Valores y Seguros (SVS).
Los Créditos Mutuarios Hipotecarios Endosables funcionan en la práctica tal como los créditos hipotecarios de los bancos: son préstamos en UF que se otorgan a cualquier persona natural o jurídica y se pagan en dividendos a una cierta cantidad de años plazo para construir, ampliar o reparar viviendas nuevas o usadas.
¿Algunas de sus ventajas? Por un lado, una mayor flexibilidad en los plazos de pago: de hecho, las mutuarias aún siguen ofreciendo créditos a 30 años, que en 2021 desaparecieron de la oferta bancaria. Por otro, menores costos operacionales. Y al no estar registrados ante la SBIF, estos préstamos no figuran como deuda en el sistema financiero.
Para solicitar un crédito hipotecario en una mutuaria lo primero es cotizar en alguna de las 16 mutuarias debidamente inscritas ante la Comisión para el Mercado Financiero. Para cotizar, la oferta es amplia en internet; tras reunir los documentos requeridos, muy similares a los que piden los bancos -liquidación de sueldo o contrato laboral- podrás iniciar el trámite.