Preparando las sucesivas fases de desconfinamiento que vendrán, diversos municipios a lo largo de todo Chile están desarrollando iniciativas para potenciar el distanciamiento social, el autocuidado y una movilidad segura
Peatones y ciclistas cuentan con prioridad en este proceso. Es el caso de Rancagua, que ya cuenta con zonas de velocidad reducida para ambos grupos, luego de que el municipio demarcara calles y veredas para favorecer.
En las calles San Martín y Brasil, ejes muy concurridos por su comercio, servicios y oficinas públicas, una parte de la vereda se destinó para zonas de espera seguras; además, se pintaron 3.000 círculos que delimitan el lugar donde las personas pueden esperar antes de ingresar a los edificios. Lo propio ocurre en el Paseo Independencia. “La idea es que las personas mantengan la distancia y que no haya aglomeraciones en las veredas”, comentó Eduardo Soto, alcalde de Rancagua.
Las calles Campos, Astorga y Bueras, en tanto, ahora tienen tránsito restringido y se impuso una restricción de las velocidades máximas. En este caso, la prioridad es facilitar y hacer más seguro el desplazamiento de ciclistas.